Es momento de ACTUALIZAR los pilares de la calidad total. Quizás no te lo parezca, pero sí, la calidad puede que no te diferencie, pero sin ella no podrás posicionarte en el mercado. Eso es seguro. Es una DECISIÓN que debemos tomar lo antes posible.
En el libro “Out of the crisis” (1986) William E. Deming describía los 14 principios que han llegado hasta hoy. Se aplican en todas las organizaciones porque son los pilares de la calidad total los que dan sentido al trabajo que realizamos.
La calidad no es un atributo de un producto o servicio. Afecta a todas las áreas de la organización y define un modo de entender el valor que aportamos al cliente.
Somos lo que hacemos día a día. De modo que la excelencia no es un acto sino un hábito
ARISTÓTELES
Veremos los 7 primeros principios dándoles una vuelta para darnos cuenta de cómo están más presentes que nunca en nuestras compañías.
Constancia en el propósito de mejorar productos y servicios
Todos entendemos que nuestras compañías o negocios son algo más que los productos que vendemos o los servicios que damos. La constancia tiene que estar presente en la mejora de la imagen de marca, de la comunicación de sus valores, de la conexión con nuestro cliente.
Lo haremos a través de cualquiera de las áreas que la componen. Es la punta de lanza que nos va a permitir posicionarnos respecto de nuestra competencia. Y tenemos que ser constantes en el tiempo, perseverar y no dejar de mejorar.
Adoptar una nueva filosofía
No hay nada que esté más de moda que las soft skills. Y es que están convirtiéndose en un estilo de dirigir una organización desde la empatía y la resiliencia del líder. Y diría más, si están presentes entre nuestro equipo, puedes reformar la cultura organizacional en otro de los pilares clave de la calidad total.
Estamos obligados, si queremos salir adelante, a un nuevo modelo de compañía en el que prime la voluntad de cuidarnos los unos a los otros, de colaborar y compartir entre nosotros. Crearemos relaciones más potentes y de más calidad.
Y es que la CALIDAD, ya lo decía Henry Ford, significa hacer lo correcto cuando nadie te está mirando.
No depender de la inspección masiva
Hoy más que nunca tenemos las herramientas y el conocimiento para hacer casi el 100% de productos o servicios con una calidad fuera de duda. Los procesos se miden en continuo, se adaptan y mejoran, la tecnología ayuda a conseguirlo. Los errores son humanos pero el coste de la no calidad, ahora, puede llegar a ser muy bajo.
A pesar de ello, hoy más que nunca necesitamos equipos autónomos en los que la calidad se entienda como responsabilidad, como participación, como colaboración. La calidad de nuestros valores, de nuestra cadena de valores se muestra de nuevo con otro de los nuevos pilares de la calidad total.
Acabar con la práctica de adjudicar contratos de compra basándose exclusivamente en el precio
Y es que hemos pasado de considerar a nuestros proveedores de meros suministradores de materias primas a ser verdaderos colaboradores con los que es necesario mantener relaciones valiosas y duraderas. Es una de las partes del modelo de negocio.
El precio, como en tantas otras áreas, ha dejado de ser el leitmotiv de las compras. Ahora queremos una supply chain robusta, eficiente y eficaz, con personas al frente que sepan mantener a nuestras organizaciones aprovisionadas y preparadas. Sobretodo después de una crisis en la que se sufre aún los efectos de la deslocalización de nuestros proveedores.
Hay que hacer lo necesario para que la CALIDAD TOTAL forme parte de nuestros pilares del compromiso diario, con el cliente, con la compañía y con nosotros mismos.
Mejorar continuamente y por siempre los sistemas de producción y servicio
Lo que entonces se llamó mejora continua, lo que entones era la mejora de los sistemas hoy busca un horizonte nuevo en la innovación.
Ya no es necesario ni suficiente mejorar si no aprendemos a provocar la innovación, que es lo que nos permitirá desarrollar una ventaja competitiva y asegurar el futuro de nuestra compañía. El desarrollo de I+D en cualquier frente de la compañía es la base el desarrollo de las relaciones con actividades y recursos claves.
Instituir la capacitación en el trabajo
Ya antes lo he mencionado. La formación de hoy en día se basa en la capacitación y en tener bien alineadas habilidades que doten tanto a los líderes como el personal, del conocimiento de uno mismo y de los demás, para CREAR EQUIPOS que lideren hacia la excelencia.
El traspaso no solo de conocimiento, sino de la emoción, la pasión, la responsabilidad, la autonomía es lo que actualiza a nuestras compañías para los nuevos tiempos. Y es que la calidad ha pasado a ser un valor de marca personal.
Instituir el liderazgo
Siempre ha sido irreemplazable. El líder al que todos estábamos acostumbrados: carismático, auténtico, ejecutivo, casi invencible. Hacía sombra a todos.
Y ahora qué necesario es cambiar carisma por servicio, auténtico por humilde, ejecutivo por inclusivo, invencible por vulnerable.
Los nuevos líderes nos han de mover dentro del propósito y valores de nuestra organización, porque hoy más que nunca ese propósito y esos valores deben de ser de ellos, de los líderes.
Y lo mejor: para ser líder no hay que ser uno de los directivos. Para ser líder debes de tener calidad de persona.
Estoy tan orgulloso de lo que no hacemos como de lo que hacemos
STEVE JOBS